Es una de las cosas que más preocupan. Estamos hablando de preguntas tipo: ¿a quién votas? ¿estás casado/a? ¿quieres tener hijos? ¿alguien depende de ti? ¿fumas? ¿has tenido alguna enfermedad grave?¿tu familia tiene dinero?…etc.
Tenemos buenas noticias: es poco probable que suceda y que las preguntas sean realmente impertinentes, improcedentes o agresivas. Lo que SÍ puede pasar es que se te haga alguna un poco más personal.
El buen entrevistador establecerá un clima relajado y de confianza con la otra persona para obtener el máximo de información creíble.
Porque ante una pregunta de este tipo, el entrevistado se pone a la defensiva, miente, calla, da una respuesta tipo y, lo que es peor, se lleva una pésima impresión de la organización.
Así que es de poca utilidad usar este tipo de preguntas y no se suelen hacer.
¿Entonces por qué se hacen a veces estas preguntas? Hay varios motivos detrás:
- Comprobar cómo respondes: resistencia al estrés, asertividad, resistencia a la frustración, agresividad, capacidad de reacción / improvisación…
- Quieren averiguar cómo eres tú pero no saben cómo conseguir esa información, así que se lanzan a preguntar indiscreciones directamente.
- Comprobar si puedes adaptarte a la compañía por alguna circunstancia: horarios complicados, nivel de responsabilidad, absentismo laboral, ergonomía, desplazamientos geográficos…
Es decir, normalmente, no te preguntan si tienes la intención de tener hijos porque les importe ese dato concreto de tu vida (de hecho seguramente les dé un poquito lo mismo…); lo que hay detrás es el miedo o duda a que tu disponibilidad sea real y total, a que no puedas compaginarlo con sus horarios, a que faltes mucho etc…
En cualquier caso, si esta situación se diera hay varias opciones de respuesta básicas que puedes combinar entre sí (siguiendo el ejemplo anterior):
- Contestar brevemente sin entrar en detalles, con naturalidad y cortesía. Siguiendo con el ejemplo anterior: “Sí, algún día estaría bien tener algún peque” o “Sí, ya tengo un niño precioso”.
- Directamente no contestar indicando con diplomacia que no ves la relación con el trabajo. Si te pueden explicar el motivo…
- Inquirir si hay alguna duda o miedo detrás aclarando tu interés, disponibilidad…etc.: “Bueno, para el puesto al que opto creo que da un poco lo mismo; yo soy muy responsable y con o sin hijos puedo organizarme y compaginar mi vida profesional y personal, cualquiera que sea la circunstancia. No hay problema en ello.”
Con estas respuestas u otras parecidas, se pretende conseguir:
- decir algo, al fin y al cabo no se puede
- guardar silencio total, ni soltar un exabrupto, ni irte enfadadísimo…
- transmitir seguridad en ti mismo y credibilidad gracias a tu transparencia
- despejar dudas sobre tu profesionalidad, interés y disponibilidad
Si además lo acompañas de una sonrisa, el efecto será inmejorable.
No tengas miedo, se puede contestar a todo.
Mónica Rodrigo Vergara, Técnico de Empleo del Servicio Integrado de Empleo de la Universitat Politècnica de València