Tomar la decisión de marcharse a trabajar al extranjero puede deberse a muchos motivos y es conveniente tenerlos claros.
En algunos casos, la motivación que te empuja a marcharte es buscar una experiencia internacional, establecerte en un puesto de trabajo, mejorar en idiomas, realizar una inmersión en la cultura y vida en otro país; en otros casos tu motivación puede ser vivir una experiencia que te proporcione madurez y te exija un desarrollo personal importante. Sea cual sea la razón por la que tomas esta decisión has de pensar qué papel va a jugar en tu proyecto profesional a medio/largo plazo.
Cuando empiezas a pensar en buscar trabajo en el extranjero te planteas muchas preguntas y reflexiones.
Si te vas a marchar sabes que eres tú quién debe tomar la decisión de iniciar esta experiencia internacional, aunque es importante contar con el apoyo familiar tanto desde el punto de vista económico como desde el apoyo emocional, no siempre es posible y en última instancia es una cuestión muy personal. Piensa cuál es tu situación económica, es decir, con qué recursos cuentas para el alojamiento, viajes, transporte, manutención… y cómo vas a poder hacer frente a estos gastos desde tu nueva situación. No es lo mismo irse a vivir a Noruega que vivir en Polonia.
La elección de la empresa depende de tus circunstancias. Muchas personas optan por escoger la empresa por la proximidad de un amigo/familiar, otros la escogen por la oportunidad laboral que le brinda esta, y en otros casos no hay muchas opciones y se acepta la oferta que llega. Ser consciente de porqué se escoge es muy importante para tomar buenas decisiones.
Como es sabido ni en todos los países ni en todas las regiones de los mismos existen las mismas oportunidades laborales. Es imprescindible hacer un estudio serio de qué posibilidades tienes según la titulación o especialización que posees. No es lo mismo ser arquitecto en una zona en fuerte expansión de la construcción que en otra en la que no se esté invirtiendo en este sector. Buscar trabajo donde necesiten profesionales con tus estudios puede facilitar tu acceso al mercado laboral por lo que una de tus primeras actividades a realizar consiste en informarte sobre la demanda de titulados en cada país y zona del mismo.
El grado de fluidez que posees en el idioma es también una de las consideraciones clave para decidirte. Aunque algunas personas piensan que no es tan importante determinar a qué país vas a marcharte, pues les interesa básicamente poderse comunicar, por ejemplo, en inglés, has de valorar que a las empresas les interesa no solo que te manejes en este idioma sino que estés dispuesto a hacer el esfuerzo de aprender la lengua propia del país, cuanto menos, e incluso , que seas capaz de desenvolverte en este idioma para poder integrarte en la vida cotidiana de la empresa. Ver cómo vas a conseguir formarte en esta otra lengua es otro aspecto a tener en cuenta.
Y para acabar, es muy necesario que te prepares para desenvolverte con soltura en el proceso de selección, tanto cuando redactes los correos electrónicos, cartas de presentación y cvs, , como cuando te entrevistes con ellos por teléfono o vía Skype. La cuestión no es si el proceso de selección es o no diferente al que pudieras encontrarte en una empresa nacional. Básicamente las formas de reclutar y seleccionar candidatos se repiten en los países desarrollados, lo más importante es tener claro que, a las dificultades propias de este proceso se le añaden aspectos como, ser capaz de persuadir de las ventajas que obtiene la empresa por contar entre sus empleados con una persona que procede de un país con diferentes estudios y costumbres y competir con otros candidatos en una lengua que no es la propia.
Estas consideraciones no son para desanimarte, ni mucho menos, se exponen para que analices la situación desde todos los ángulos posibles y vayas muy bien preparado/a para asumir esta fantástica oportunidad que se te ofrece.
Inmaculada Badenes, Técnico de Empleo del Servicio Integrado de Empleo de la Universitat Politècnica de València.