Lo que te cuentan, lo que parece y lo que es trabajar en el extranjero: Implenia

Para empezar, evitemos las etiquetas. Aquellos que trabajan (o trabajamos) en el extranjero no somos “la generación perdida”, ni los “apátridas”, ni los “valientes”, ni “los que ganan un sueldo desorbitado para un español” ni tampoco “los que se fueron porque no pudieron quedarse”. Irse a trabajar al extranjero no es ni una maldición ni el premio de la lotería, sino una opción más como los centenares de miles de decisiones que cada persona toma en su vida. El balance positivo o negativo de esta experiencia vendrá en parte determinado por la suerte (vayamos olvidando los mantras de los pseudo-gurús que afirman que “si trabajas duro y constante, todo te saldrá bien”, y así evitaremos frustraciones innecesarias en el futuro), pero también en gran medida por tu disposición personal.

 

La mente interpreta las situaciones peliagudas de la vida en base a los recursos disponibles y a las experiencias pasadas. Si dejamos que los fracasos del pasado se enquisten en forma de traumas y no nos forjamos una cartera de recursos, todo lo que venga nos parecerá insuperable y nuestro sentimiento de autoeficacia (en el que se basa la confianza en nuestro “yo-profesional”) se desvanecerá. Si, por el contrario, aprendemos de experiencias anteriores y somos capaces de ampliar nuestros recursos de forma constante (lo que se denomina “aprendizaje continuo”), nuestra mente interpretará los nuevos problemas como retos, y nuestras posibilidades de éxito aumentarán de forma exponencial.

 

¿Y cómo traducimos este esquema en el caso de trabajar en el extranjero? Pues quitando el halo de misticismo, porque ni es causa de miedo ni de idealización.

 

  • El idioma

La información es poder, y la información se transmite a través del lenguaje. Es tan simple como eso. Pero como nadie nace enseñado y todo conocimiento puede aprenderse, ahí es donde tú entras en juego. Nunca te dejes amedrentar porque “ese idioma no lo conozco o me parece muy difícil”. Ni por la sensación de rabia y frustración cuando te faltan las palabras o se quiebra la gramática. Céntrate en el mensaje, por muy básico que sea el vocabulario, y ayúdate de tu sonrisa y tu lenguaje corporal. Pero no pares de hablar: romper la barrera de la vergüenza es el único recurso que te salvará, por muchas horas de estudio a puerta cerrada que quieras echarle.

 

  • El estar lejos de casa

Que nadie te obligue a llamar o a dejar de llamar “casa” al lugar que tú prefieras. “Casa” es un estado mental, es un recodo en el que nos refugiamos cuando queremos sentirnos bien, y eso es indiferente de si se corresponde o no con el Wifi que tú pagas. Hace tiempo que las fronteras geográficas se rompieron, y si algo nos ha enseñado el COVID, es que la tecnología puede permitir que los lazos sean más estrechos con familiares y amigos que están a kilómetros de distancia que con los propios vecinos.

 

  • La caña al sol, los bares con amigos y la playa

Apreciar lo que uno siempre ha tenido es de bien nacido (y agradecido), pero menospreciar lo desconocido es, cuanto menos, absurdo. El mundo es mucho más grande que la circunferencia de una tortilla de patatas, y salir a conocerlo requiere que seamos lo suficientemente humildes como para admitir que nos asaltarán miles de sorpresas increíbles, y que lo que hemos visto hasta entonces es solo una milésima parte del total. Salir implica abrirse, ser vulnerable, curioso y atento, porque ahí es donde sucede la magia.

 

A la pregunta de si merece o no la pena salir a trabajar al extranjero, yo solo doy una respuesta: ante la duda, actúa. La mezcla de sinsabores y éxitos, en el marco incomparable de una experiencia desconocida, extenderá tus conexiones neuronales y rejuvenecerá así tu cerebro, acelerará a pasos agigantados tu crecimiento personal y marcará en ti, para siempre, un recuerdo imborrable. Una vida no basta para todas las oportunidades que nos brinda el mundo, pero si podemos elegir, ¿por qué renunciar a aquellas que sí podemos probar?

 

Cristina Martínez Gálvez

TalentRecruitment& HR Project Manager

Implenia (Zürich, Suiza)