La publicación de Emotional Intelligence de Daniel Goleman (1995) significa una difusión sin precedentes de un concepto que hasta entonces había pasado desapercibido para el gran público; este libro se convierte en un best seller en muchos idiomas. A partir de mediados de los noventa, la inteligencia emocional es un tema de interés general por parte de la sociedad, de tal forma que empiezan a aparecer artículos, primero en revistas de divulgación y después en las científicas, y libros sobre el tema.
Goleman (1995) define inteligencia emocional como “capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”.
Para poder definir los elementos de la Inteligencia Emocional, vamos a utilizar las aportaciones de Rafael Bisquerra (2003), este establece que la competencia emocional se puede agrupar en 5 bloques:
- Conciencia emocional. Consiste en ser consciente de las propias emociones y de las emociones de los demás. Una de las conductas básicas dentro de esta es saber dar nombre a las emociones.
A veces es difícil identificar y poner nombre a los que sentimos. ¿Cómo podemos identificar las emociones que sentimos?
Recientemente he descubierto un proyecto desarrollado por Rafael Bisquerra y Eduardo Punset, denominado «Universo de las emociones «(puedes consultarlo en http://universodeemociones.com/galaxias-2/), en el que basándose en la 6 emociones básicas (alegría, amor, felicidad, ira, miedo y tristeza) han categorizado o clasificado alrededor de éstas un número importante de emociones.
Para aquellos que os cueste identificar vuestras emociones puede ser de gran ayuda consultar esta página.
- Autocontrol emocional. Capacidad para manejar las emociones de forma apropiada. Supone habilidad para autogenerarse emociones positivas, para expresar las emociones de forma apropiada, y para afrontar emociones negativas.
- Autonomía Emocional. Dentro de esta se encuentra la autoestima, actitud positiva ante la vida, responsabilidad, lcapacidad para buscar ayuda y recursos, así como la autoeficacia emocional y la resiliencia (que describiremos en futuros artículos) .
- Competencia social. Saber mantener buenas relaciones con otras personas. Esto implica dominar las habilidades sociales, capacidad para la comunicación efectiva, respeto, actitudes pro-sociales, asertividad, etc.
- Competencias para la vida y el bienestar. Capacidad para adoptar comportamientos apropiados y responsables para afrontar satisfactoriamente las diversas situaciones. Capacidad que nos permiten organizar nuestra vida de forma sana y equilibrada, facilitándonos experiencias de satisfacción o bienestar.
Artículo basado en Bisquerra, R y Perez, (2007): Las competencias emocionales. Educación XXI, 10, 62-82.
Nuria García Serra, Técnico de Empleo en el Servicio Integrado de Empleo de laUniversitat Politècnica de València.