La receta del empleo, ¿la conoces?

Las competencias emocionales marcan la diferencia de un candidato. Cuanto más añadas de este ingrediente a tu receta, antes obtendrás empleo.

Seguramente habréis oído hablar de cientos de recetas y fórmulas mágicas para encontrar empleo. Ingredientes como formación, experiencia, habilidades, competencias emocionales y marca personal son bien conocidos por todos y la mayoría de vosotros los tenéis cuando termináis la Universidad.

Pero, cuando pensamos en mezclar todos los elementos, muchas veces el resultado no es el mismo en todos los graduados. Para conseguir que el resultado siempre sea EMPLEO debemos saber cómo combinar los ingredientes adecuadamente y qué proporción añadir de cada uno de ellos.

Uno de los ingredientes más importantes en esta receta del empleo es la competencia emocional. Las competencias emocionales son las que marcan la diferencia de un candidato a la hora de ser elegido por un seleccionador, por lo tanto hay que añadir generosamente este ingrediente a tu receta para conseguir un buen resultado.

Varias son las competencias emocionales que puedes aprender a lo largo de tu vida por medio de la formación y de la experiencia y por lo tanto las puedes entrenar y desarrollar. Con ellas podrás demostrar en tu futuro trabajo que sabes, por ejemplo, generar un ambiente laboral positivo, que sabes comprometerte con los objetivos y alcanzarlos, entender las metas como retos o que sabes emprender con optimismo cualquier tarea.

Aquí te detallo las cinco competencias emocionales básicas para que puedas realizar la receta de manera exitosa y conseguir el empleo deseado.

  • Reconocimiento de las emociones. Tener conciencia de ti mismo. Debes aprender a reconocer tus emociones y saber en qué momento aparecen, de este modo podrás responder de forma más adecuada a las distintas situaciones que se te presentan a diario.
  • Control de tus emociones El hecho de tener distintas emociones día a día, es totalmente natural, pero hay que saber manejar esas emociones y decidir cuánto tiempo permaneces con ellas. Por ejemplo, si te sientes enfadado, tú serás capaz de utilizar técnicas que te permitan salir de ese estado negativo y regresar a un estado más positivo y tranquilo. Esta autorregulación de tus emociones se reflejará en la responsabilidad propia, en la adaptabilidad, en ser más abierto por ejemplo a ideas o situaciones nuevas que te puedan surgir en el trabajo.
  • La motivación. Es la habilidad de motivarte a ti mismo estableciéndote metas y objetivos claros que puedas alcanzar. Para conservar esta motivación es necesario que te enseñes a ti mismo a pensar positivo y que confíes en tus propias habilidades para alcanzar tus metas.
  • La empatía. Es la habilidad de reconocer las emociones de otras personas y cómo se sienten en determinado momento. En el ámbito laboral, te permitirá desarrollar mejores relaciones personales con tus compañeros de trabajo y te ayudará a entender de mejor forma las necesidades de tus clientes.
  • Las habilidades sociales. Es lo que realmente te ayudará a hacer una diferencia en tu vida laboral y personal, pues son la herramienta que utilizamos para tener éxito en nuestras relaciones. Hay muchas habilidades involucradas dentro de este elemento, pero las más destacadas y aplicadas al mundo laboral son por ejemplo comunicarse clara y efectivamente, manejar problemas y resolver desacuerdos, colaboración y trabajo en equipo.

Ya lo sabes, cuántas más competencias emocionales añadas a la receta mejor te saldrá y recuerda que no hay ninguna receta que funcione, a menos, que pongas tu corazón en ella.

Merche Lillo Sánchez, Técnico de Empleo de la Universitat Politècnica de València en el campus de Gandia.

El papel de la resiliencia en la búsqueda de empleo y el éxito profesional

Cuando oímos por primera vez la palabra resiliencia probablemente no sepamos qué es o lo que implica el concepto en términos psicológicos pero es una de las capacidades más valiosas del ser humano.

La palabra resiliencia procede de la palabra inglesa “resilience” y se refiere en términos de ingeniería a: “la capacidad de un material para recuperar su tamaño y forma original después de ser comprimido, doblado y estirado”.

Al igual que algunos materiales, los seres humanos tenemos la capacidad de hacer frente a las adversidades, superarlas y salir fortalecido de ello, convirtiendo esas adversidades en oportunidades de cambio. Es lo denominado como capacidad resiliente en términos psicológicos y está muy relacionada con el mantenimiento de una buena salud psicológica.

En el desarrollo de nuestra carrera profesional y en la búsqueda de empleo es común encontrarse con adversidades, e incluso situaciones de “fracaso” o frustración como cuando no cumplimos con nuestras expectativas de obtener un determinado puesto, recibiendo un “no” como respuesta en un proceso de selección o cuando no encontramos un puesto que se adapte a nuestras aspiraciones. Tener la capacidad de adaptarse y ajustarse a esas adversidades depende de nuestra capacidad resiliente, Pero ¿Qué aspectos nos hacen resilientes en una medida u otra? ¿Qué relación tienen estos aspectos con el éxito profesional?

  • Confianza en uno mismo:

La capacidad de conocer y creer en las capacidades y habilidades de uno mismo.

 

Cuando no superamos un proceso de selección tendemos a pensar que se debe a que no valemos lo suficiente o que algo hemos hecho algo mal, cuando quizás se deba a otros factores como no cumplir los requisitos del puesto o que nuestros valores y actitudes no encajan con lo que se busca en dicho perfil. La capacidad de confiar en uno mismo implica creer en nuestras capacidades y potencial aun cuando recibimos un “no” como respuesta, requiere reflexionar sobre uno mismo haciéndose preguntas como: “¿Qué soy capaz de hacer? “¿Qué cosas se me dan bien?…

 

  • Perseverancia:

Ser capaz de persistir ante la adversidad y el desaliento, teniendo un fuerte deseo de logro.

 

Embarcarse hacia el camino del mundo laboral puede resultar complicado, sobre todo cuando en nuestro ámbito de trabajo hay demasiada competencia o poca oferta. Ser capaz de seguir buscando empleo a pesar de no encontrarlo y buscar alternativas para encontrar el puesto que mejor se adapte a nuestras necesidades implica una gran capacidad perseverante y de consecución al logro.

 

  • Ecuanimidad o equilibrio:

Hace referencia a tener una perspectiva balanceada de la propia vida y experiencia (no polarizando siempre a emociones extremas negativas o positivas), tendiendo a la calma y moderando las actitudes negativas.

 

En las situaciones adversas es común pensar en negativo, por ello resulta importante mantener el equilibrio mental en estas situaciones, ya que influirá en la perspectiva que le otorgamos a las experiencias de nuestra vida. Para entrenar esta capacidad es recomendable realizar el ejercicio mental de preguntarse “¿Es todo tan malo?”; “¿Puedo aprovechar este fracaso para tener la oportunidad de embarcarme en otros proyectos?”.

 

  • Satisfacción personal:

Sentirse en sintonía con las acciones y logros de uno mismo.

Esta capacidad implica la capacidad de reflexionar acerca de los logros que uno cree haber conseguido, sintiéndose orgulloso.

 

No es una tarea fácil para muchas personas, sobre todo porque cuando se tiende a infravalorar las propias acciones, por ello es importante ser justo en la autovaloración de las mismas, preguntándose “¿Qué esfuerzos ha implicado para mí este logro?”; “¿Por qué es importante para mí?”.

 

  • Independencia emocional:

Capacidad para autorregularse cognitivamente y emocionalmente a uno mismo sin precisar necesariamente de un apoyo externo.

 

Cuando hablamos de independencia emocional no significa que debamos prescindir del afecto de los demás, se refiere al hecho de ser capaz de no depender del apoyo de los demás para cumplir nuestros objetivos. Incluso en algunas situaciones algunas personas nos dirán que no somos capaces de hacer algo, o que no lo intentemos. Recibir un feedback y estar abierto a valorar los consejos de los demás siempre es positivo pero también es importante centrarnos en nuestros pensamientos y emociones, en lo que queremos para nosotros y no lo que los demás esperan que hagamos.

 

En general, para el desarrollo de la capacidad resiliente es imprescindible realizar un trabajo introspectivo en lo que respecta a reflexionar acerca de nuestros pensamientos, emociones y motivaciones.

 

Como hemos visto, todos los aspectos que componen a la resiliencia son importantes para el desarrollo profesional, ya que son recursos psicológicos que nos permiten afrontar las situaciones adversas que muchas veces implica la andadura profesional. Nos ayudará a conseguir nuestros objetivos sin abandonar nuestro camino antes de tiempo.

 

Jessica De Haro López

 

Prácticum de Psicología en el Servicio Integrado de Empleo (SIE) de la UPV

 

Fuentes:

 

Becoña, E. (2006). Resiliencia: Definición, características y utilidad del concepto. Revista de

Piscopatología y Psicología Clínica, Vol.11 (3), pp.125-146.

 

Wagnild, G., & Young, H. (1993). Development and psychometric evaluation of the Resilience Scale.

Vol. 1(2), 165-177.