Desde la primavera hasta el invierno de 2020, observamos que hay personas que han finalizado sus estudios y están muy disponibles para trabajar.
Otras han perdido su trabajo y se encuentran también con la expectativa de encontrar una nueva oportunidad.
También veo empresas a las que les va bien o se han quedado más o menos igual y unas pocas a las que les va peor con la pandemia (refiriéndome al mundo de las Ingenierías).
Está todo en un estado de espera o de hibernación, sin embargo, veo un trasfondo de ganas, de esperanza y de ánimo.
En cualquier caso, estamos en terreno inexplorado, esta crisis no se parece a ninguna otra del pasado y tiene su propia idiosincrasia.
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros en el terreno profesional o académico?
Me atrevo a dar unas recomendaciones prácticas desde mi perspectiva.
Lo primero pensar que es algo temporal.
Aunque aún nos quedan unos meses malos por delante no dudemos de que toda esta situación tiene fin y también tiene solución.
La profecía autocumplida debe ser en positivo.
El abandono total de nuestros planes o actividad no nos llevará a ningún sitio.
Prosigamos pues con nuestra formación académica en el caso del alumnado o formación continua cuando ya hemos finalizado nuestros estudios de Grado o Master oficiales.
Podemos aplicar el pragmatismo a nuestras decisiones al respecto y mejorar las típicas habilidades, destrezas o conocimientos que se siguen solicitando en las empresas con el paso del tiempo: informática + idiomas.
También se puede hacer un estudio de mercado observando qué se pide en las ofertas de empleo que ahora existen y ver qué requisitos están apareciendo.
ESE, y no otro, debe ser nuestro objetivo formativo.
También es el momento de la flexibilidad y la apertura de mente.
Podemos tener unas previsiones (particulares y generales) y también habrá que cambiar planes sobre la marcha e ir adaptándonos a cada momento a la realidad como hemos hecho hasta ahora.
De nuevo, la observancia de las ofertas de empleo activas actualmente nos dará pistas útiles sobre sus características y condiciones laborales: lugar geográfico, jornadas, horarios, tipo de proyectos, clientela, funciones-tareas-responsabilidades…etc.
La incertidumbre sigue formando parte de nuestras vidas, sin embargo, desde el inicio de la pandemia, hemos aprendido a gestionarla mejor e incluso sacarle algún provecho.
Como decían los celtas del norte de España, os deseo:
Fuerza y Salud.
La buena suerte la pondremos entre tod@s 🙂
Mónica Rodrigo Vergara, Técnico de Empleo del Servicio Integrado de Empleo de la Universitat Politècnica de València